sábado, 21 de septiembre de 2013

Moderna de Pueblo, Los capullos no regalan flores



Se llama Raquel y se apellida Córcoles, pero todos la conocemos como Moderna de Pueblo, el personaje de cómic que esta catalana de Reus enamorada de Madrid ha creado y que la ha hecho famosa, especialmente en las redes sociales: su Facebook (72.500 fans) echa humo cada vez que publica una viñeta. Comparte casi todo con su personaje (a excepción de la mirada: el dibujo oculta unos impresionantes ojos azules tras unas gafas Ray-Ban Wayfarer), esa moderna que un buen día se traslada de su pueblo a la capital y cae embelesada ante esos chicos “que citan a Bukowski y se atreven a llevar sombrerito”… Pero el embrujo cae pronto, y empiezan a aparecer “los capullos”, de los que ha creado un auténtico catálogo en su último libro, Los capullos no regalan flores. ¿Es posible ser indie y romántico? Moderna de Pueblo nos resuelve la duda.


¿Te confundes totalmente con tu personaje? ¿Raquel Córcoles es Moderna de Pueblo?
Moderna de Pueblo (M.P.): 
Sí. Cuando le puse el nombre, me daba mucha vergüenza, porque me estaba autodefiniendo tan bien… Recuerdo invitar a mis amigos al Facebook, en plan “¡haceos fans de Moderna de Pueblo!”, y mis amigas del pueblo pensaban que las estaba insultando… 

¿Crees que alguno de tus ex se va a mosquear con este libro? No te cortas un pelo criticándolos…
M.P:
 No tengo noticias de que haya pasado(Moderna de Pueblo se ríe). Ayer justo hablé con uno y me dijo de buen rollo que se lo iba a leer mañana mismo… ¡Ojalá se mantenga ese buen rollo después de leerlo! Bah, con los que no me llevo bien seguiré igual, y los otros se lo van a tomar a coña todo. Además, la mayoría de las cosas que digo en el libro se las he dicho a la cara…

Una curiosidad: ¿por qué la Moderna de Pueblo no se quita nunca las gafas de sol?
M.P:
 Es que ya forman parte del personaje. De hecho, las caras se construyen con las gafas: su estado de ánimo se marca con la forma de las gafas, es como si fueran sus ojos. Mis tres primeros personajes no tenían ojos: una llevaba sus Rayban, otro era un gafapasta y el otro, flequillazo. Cuando me planteé crear más personajes, me di cuenta de que al ponerles ojos, más que ganar en personalidad, la perdían. Así que lo convertí en seña de identidad: nadie en mi cómic tiene ojos.


El chico ideal de Moderna de Pueblo

¿Cómo es el chico ideal de Moderna de Pueblo?
M.P:
 Ella, cuando llega a la ciudad, se impresiona con cualquier estereotipo de los que ha visto en las películas, como en esa peli de500 días juntos. La Moderna ve a un tío que va superbien vestido, a la última, que en la primera conversación le habla de mil discos que no conoce, de un libro de Bukowski, que se atreve a llevar americana y un sombrerito… Y se queda fascinada, porque los chicos de su pueblo sólo hablan de jugar a la Play e ir al bar. Pero poco a poco va destapando esos prototipos de los que se enamora y se desencanta, porque detrás puede haber una persona que no le conviene, no le agrada o no la trata bien. El ideal sería que la estética y los gustos coincidieran con que en el fondo sea una persona con la que conectes y te cuide, y no se trate de una competición por ver quién es más guay.

Un chico que te regale flores, entre otras cosas, ¿no?
M.P:
 Mi chico ahora me regala flores, por eso salió el libro, ¡porque hasta ahora nunca me había pasado! Primero me compró las flores y, a la semana, el jarrón. Y me dijo “Vas a tener flores siempre”. A veces están medio podridas, pero bueno, me encanta.

En tu libro hay una frase rotunda: “Somos románticos que no creen en el amor”. ¿Me lo explicas?
M.P:
 Los capullos no regalan flores nace de esa página, que de hecho estaba ya en el primero. He querido hacer un libro sobre esa idea. Todos los grupos musicales que adoramos, o las películas que vemos, la mitad son de amor, pero en lugar de ponernos a hablar de los personajes y sus historias, hablamos de los planos, las panorámicas, los arreglos musicales... ¡Pero si lo que mola es la letra, que te emociona y te pone la piel de gallina o te hace ponerte depresivo cuando has tenido un desamor! Somos románticos que no creen en el amor...

Las chicas sois minoría en el mundo del cómic… ¿por qué?
M.P:
 ¡Ahora hay muchísimas! Bueno, no en los cómics de superhéroes ni ese rollo, en los cómics que hablan de historias personales y autobiográficas o reflexionan sobre algo, en eso sí hay muchas mujeres: como Marjane Satrapi y sus Bordados, que es toda una referencia para mí. En español están Mireia Pérez, Power Paola, Agustina Guerrero, Mamen Moreu... Lo que pasa es que las mujeres seguimos a mujeres y a hombres, pero los hombres tienden a estar enterados sólo de lo que es para hombres....

¿Cuáles son tus referencias en el cómic?
M.P: 
Yo empecé todo esto por Juanjo Sáez, leyendo su Viviendo del cuento, que está lleno de modernos y modas absurdas, y pensé que podía hacerlo yo. Luego leí El Arte y ahí decía Juanjo: “No me digas que esto lo puedes hacer tú, ¡hazlo!”. Y lo hice.

La modernidad madrileña, que es donde vives, está muy concentrada en Malasaña… ¿No es un poco endogámico el ambiente?
M.P: 
He vivido dos años en Malasaña y me acabo de mudar a Tirso de Molina. Vivía en un piso sin calefacción, sin ascensor, ¡todo por vivir en Malasaña! Así funcionamos mucho, por vivir en Malasaña, aguantamos todo... Pero claro, curro en casa, necesito estar cómoda... A mí me encanta Malasaña: siempre que voy, me vuelvo a casa con varias ideas para Moderna de Pueblo, ¡parece un show de Truman! Miras alrededor en un bar y en cada mesa tienes una situación estereotipada. Como esa moda de que todas las sillas sean diferentes, para que tu culo se sienta especial... En Barcelona la modernidad se concentra en salas, la Razz y el Apolo. En Madrid van cambiando los locales: ¡falta algo como el Apolo en Madrid, que es la iglesia de los modernos de Barcelona!


Una película. Este finde voy a ver Mi loco Erasmus, de Carlo Padial, que hace unas cosas superraras.

Una canción. Alguna de La Bien Querida, del último disco, que están llenas de resentimiento, de tía en plan “me importas una mierda, pero en realidad estoy superputeada”.

Una prenda de vestir a la que le tengas especial cariño.
 Las Rayban, porque no las tenía cuando hice el cómic: tenía unas compradas en los chinos y, cuando me regalaron unas auténticas, fue como un trofeo.


Un diseñador de moda. Top Shop, que es muy de Moderna de Pueblo, en plan “me compro TODO lo que hay en la tienda... ¡y voy super moderna!”.

Una ciudad. Madrid.

Un viaje aún por realizar. Nueva York. Me imagino como Moderna de Pueblo, recién llegada, tirando de la maleta, fascinada mirando el skyline… y que pase un taxi y me salpique entera.

Un personaje de ficción. Margot, de Los Tenenbaums. Ese personaje que siempre queremos ser, de tía rara y torturada, ¡pero que no somos! Estamos en el súper mirando las ofertas y comiendo espaguetis, no te pasas el día en la bañera fumando al lado de un ventilador…

Una comida. La pasta. Me he pasado años comiéndola, porque no sé cocinar.

Un restaurante. Momo, en Chueca (Madrid). Son muy majos, es barato y todo está superbueno.

Una tienda. Kling, en Fuencarral. Es una cadena, pero la tienda está muy currada, y tienen en el sótano una parte de segunda mano que me gusta mucho.

Un momento del día. Ese tan de modernos: no puedes irte a dormir sin ver un capítulo de tu serie de moda... Tienes que ver el logo de HBO para que tu cabeza empiece a entrar en fase de REM.

Un regalo que siempre te guste recibir. Que aparezcan en tu casa con la botellita de vino siempre hace que una velada empiece bien, aunque sean las 5 de la tarde y hayan pillado la botella en el chino. Bueno, y flores, claro.

Un cuento que te gustase especialmente de pequeña. Peter Pan. El otro día la estaba viendo un niño en el tren, en su ordenador, y la recordé. La he podido ver como 100 veces. Y en la vida adulta me he encontrado mucho Peter Pan...

Sabe de las susceptibilidades de la gente porque su truncada carrera de periodista y publicista la ha llevado a ganarse la vida como dibujante de cómics experta en sociología, disciplina que Raquel Córcoles (1986) plasma con brillante sentido del humor en su tira cómica 'Moderna de Pueblo'. Sus colaboraciones en publicaciones como Cuore o El Jueves tomaron cuerpo sólido en 'Soy de pueblo', primero de sus cómics alumbrado en 2011. Ahora, dos temporadas después, reedita éxito con 'Los capullos no regalan flores', lúcida recopilación de clichés que retratan la sociedad de consumo actual. De hecho, tanto éxito que apenas una hora antes ha tuiteado desde su cuenta alter ego que es número uno en cómics en el FNAC de Callao. Vaya por delante nuestra felicitación.
¿El moderno elige serlo y decide sus gustos en consecuencia o debido a ellos precisamente ha de ser catalogado como tal? ”
Es difícil intentar seducir con nuestro cuestionario estándar a alguien cuya cabeza va miles de revoluciones por minuto más rápido que la del resto de humanos, por lo que intentamos torpedear directamente la línea de flotación.

GQ: ¿El modernismo se caracterizó por una serie de valores relativos al amor al progreso, al desarrollo de las comunicaciones y a la búsqueda de la razón en contraposición con el consumo extremo, hedonismo, aislamiento y ahogamiento en los mass media propios del posmodernismo. No sería más adecuado llamarte "posmoderna de pueblo"?
RAQUEL CÓRCOLES:
 Ah, que eres uno de esos culturetas, ya veo -silencio incómodo, pero no cuelga-. En realidad todo se debe a que cuando desembarqué en Madrid y vi lo que había, lo primero que hice fue lamar a casa y decir "Esto está lleno de modernos". Era una forma de hablar y la asumí así, pero es verdad que ahora la palabra está superpasada de moda. De hecho, incluso decir que "algo está de moda" está pasado de moda. Y casi ocurre lo mismo con su relevo, "hipster", que ya es mainstream.
Moderna de Pueblo
Al contrario de lo que podría sugerir su posicionamiento como trendsettercultural, no reniega Raquel del moderneo ni de Malasaña, barrio que la acogió en su primera toma de contacto madrileña y al que, una vez emigrada, vuelve de vez en cuando en plan safari periodístico a recopilar anécdotas. "No me importaría nada seguir viviendo en Malasaña, pero pagar una fortuna por pisos pequeños y sin ascensor a los que es dificilísimo subir la compra o los muebles de la mudanza forma parte del pasado"...

Nadie mejor que ella para dirimir si el moderno elige serlo y decide sus gustos en consecuencia o debido a ellos precisamente ha de ser catalogado como tal. "Siempre he creído que hay gente que tiene un carisma especial y que, si se pintaran las cejas de verde, las llevarían con una dignidad y confianza que querríamos hacer como ellos. Como siempre se dice, es la gente lo que importa. De todos modos, siempre andamos dando la vuelta a todo y ahora ser moderno ya no es moderno. Ahora hay que estar de vuelta de todo y decir que te gustan las pelis malas y la música mainstream. El nuevo postureo pasa por adorar a Rihanna".

¿Os ha quedado claro? Pues aún tenemos la propina, a.k.a. chivatazos para ligar con una moderna de pro.
1. ¿Por qué cuando a veces decís no significa sí y viceversa?
Porque si te pregunta: “¿Te parece bien que nos liemos con otras personas?” y respondes: “¡Sííí, claro!”, das por hecho que pillará la ironía.

2. ¿Te gusta que insistan después del primer "no"?
Depende de qué día tenga...

3. ¿Es importante la estrategia en los primeros compases de una relación o hay que ir a tumba abierta? 
He intentado trazar estrategias, ¡pero siempre hay quien te las desmonta!

4. ¿Sabes encajar los piropos?
Hay veces que me dan mucha vergüenza, y otras que dan vergüenza ajena...
La mejor forma en que me han entrado nunca fue con un beso para luego soltarme: 'Así ya nos dejamos de nervios y podemos hablar tranquilos' ”
5. ¿Cuál es la mejor frase con la que te han entrado?
Entrarme con un beso y luego soltar: “Así ya nos dejamos de nervios y podemos hablar tranquilos”.

6. ¿De los chicos con los que has estado, que porcentaje ha (o hubiera) pasado el corte de tus padres?
Ni uno. Mi padre me dijo que no aceptaría a ninguno que fuera más alto que él (mide 1,60).

7. Te hace reír, te saca a bailar, tenéis buen sexo, y, sin embargo, no te encaja. ¿Qué le pasa, doctora?
Que le gusta hacer todo eso con muchas más, hasta con la doctora...

8. Ex de amigas, ¿se puede?
Puff... Depende de la amiga. Hay que hablarlo antes y asegurarte bien de que su “¡Claro! ¡No me importa para nada!” no sea en realidad un “¡Como lo hagas te mato!”...

9. ¿Prefieres que te saquen a cenar o que cocinen para ti?
¡Que cocine para mí! Mi chico me conquistó así.

10. Si te saca a cenar, ¿te gusta que pague la cuenta?
Si me dice “te saco a cenar” como si fuera un perro en todo caso lo que pagará es el pato.

11. ¿Cuál es el sitio más raro donde te los has montado?
En una cama que no era de Ikea.

12. ¿Existe el amor a primera vista?
Sí, claro. Lo difícil es que no se esfume al abrir la boca...

13. ¿Y a segunda?
También. A veces alguien con quién ni te hubieras fijado al principio acaba enamorándote. Se llama desesperación.

14. ¿Por qué  no hay políticos sexy?
Quizá porque para ser sexy hay que transmitir tu personalidad... Y alguien que solo dice lo que le dejan, la pierde totalmente.

15. ¿Pantalón de pinzas y corbata o vaquero y camisa blanca?
¡Vaquero y camisa blanca! Lo peor es que existen hombres a lo Barney Stinson, que creen que por llevar traje vas a caer rendida a sus zapatos Oxford...

16. ¿Te ofende que piense en sexo en la primera noche?
Que lo piense no, obviamente. Que lo fuerce, sí.

17. ¿Tiene que surgir o se puede hablar?
Tiene que surgir, pero se tiene que poder hablar cuando surja (no esperar a ir totalmente borrachos).

18. ¿Prefieres que te lleven a ver una comedia romántica o una peli checa en versión original?
A una comedia romántica, aunque para conquistar a un cultureta indie soportaría ver cada bodrio... (Y aguantar la chapa posterior sobre la composición, la fotografía o las intenciones del director...)

19. ¿Te importa coincidir en gustos con él o es algo secundario?
Muchísimo. Si prefiere hacerlo con reaggeton que con The XX... ¡problemón!

20. ¿Qué tiene que decir para que te quieras marchar despavorida?
“¿Te vienes a jugar a la play con mis colegas, nena*?”
*O similares como chata, rubia o muñeca.

21. ¿Los protectores, agobian?
Los de “Te acompaño porque me preocupa que vayas sola a estas horas.”, gustan. Los de “No me cogías el móvil durante 40 minutos he entrado en pánico...”, agobian.

22. ¿Se puede plantear un proyecto a largo plazo con un motero o sólo valen hasta los 30?

Si suele llevar casco, no veo el problema...

23. ¿Antes muerta que soltera?
Para nada. ¡Antes muerta que con un capullo!

24. ¿Qué hay de cierto en lo del reloj biológico?
Vivo aterrorizada penando que un día llegue la hora y suene la alarma. Yo soy de las que siempre le da a “posponer”.

25. ¿Alguno que te haya preguntado lo de por qué vais siempre juntas al baño, ha pasado el corte? 
Depende de lo que hablara con mis amigas cuando nos fuéramos al baño.

26. ¿Te gusta que den el primer paso o prefieres darlo tú?
Que lo dé él pero que se note que no está súper-acostumbrado a hacerlo...

27. ¿Mirada sexy o una frase inteligente?
Mirada de acero azul, a lo Zoolander.

28. El tamaño importa, ¿no?
¿El de las tetas? Demasiado... Sobre todo si eres periodista.

29. ¿Se regalan peluches?
A mí nunca y me alegro mucho.

30. Si te piden tu teléfono, ¿esperas que te llamen de inmediato?

De inmediato no, ¡porque si le he dado uno falso me va pillar de lleno!

31. ¿Prefieres que te llame o que te escriba? 
Que me escriba, aunque luego me pase horas rallándome con cada palabra y analizando cada emoticono...

32. El Whatsapp, ¿ayuda o perjudica?
Ayuda. Y la opción de “bloquear”, también.

33. ¿Prefieres hablar o escuchar en tu primera cita?
Prefiero escuchar pero al final siempre acabo hablando de más...



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