Orgulloso y vestido de torero -gran visionario-, el ex diseñador de Dior saludaba al final del desfile de Alta Costura otoño-invierno 2007/08  de esta guisa. Entonces todo era alegría: la maison francesa celebraba  su 60 aniversario por todo lo alto en Versailles y él su primera (y  última) década al frente de ella. A nadie le importaban sus  excentricidades ni excesos y estos gestos de ido eran aplaudidos por los  estilistas y editores que acudían al show. Echaremos de menos sus  momentos clown al final de los desfiles. ¿O no?  
 
 
 
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