Si paseas por Manhattan y no ves un bolso Marc Jacobs por cada esquina, especialmente si te encuentras en el Soho o en el Meatpacking district, es que o bien no vas con los ojos abiertos o bien no conoces los bolsos de Jacobs. Tener un “Jacobs” es hacerte con una experiencia 100% neoyorkina, llevarla contigo de paseo y que te cueste la mitad que una semana en la gran manzana, avión incluido.
Cuando una planta su cuerpo serrano, por lo de español, en tierras de los yellow cabs, una de las primeras cosas que desea hacer es visitar Bergdorf Goodman, otra es tomar un café con croissant en el Plaza e irte paseando hasta Tiffany y la tercera hacerse con un Jacobs en su lugar originario, su tienda de Bleeker St. Si éstas son también tus intenciones, te mostramos la colección Otoño-Invierno 2011/2012 y como en los restaurantes de Manhattan seguramente te pidas dos o tres, to take, o lo que es lo mismo, para llevar.
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