El reproche del presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, al ministro de Industria, Miguel Sebastián, por no llevar corbata en una sesión de control ha hecho que este complemento se convierta de nuevo en objeto de debate.
La corbata tiene historia: nació en el siglo xvii con vocación militar (era el lazo que usaban los soldados del Ejército croata, de ahí su nombre) y aún posee hoy un fuerte significado protocolario. Es un elemento tradicional y conservador, pero al contrario de lo que pudiera parecer, "es el complemento masculino que más innova y evoluciona", comenta Jaume Vendrell, diseñador de la corbatería Vendrell, una de las más importantes de España, que cuenta con más de 25 años de historia.
Nació en el siglo xvii con vocación militar
Ahora se llevan más estrechas (unos 6,5 cm de ancho en lugar de 8), de un solo color y también a rayas (pero más finas que en los pasados años). Además, triunfan los microdiseños, con pequeñas formas geométricas, puntitos, cuadrados... En España no es frecuente el estampado, pero en Francia se llevan las corbatas de todos los colores y con muchos dibujos.
Los colores fucsia y berenjena, suavizados, están de plena actualidad, y es que la mano femenina está cambiando las tendencias. "Desde hace unos años muchas corbatas las compran las señoras, y eso se nota: son más atrevidas, con colores que se salen de lo habitual, y eso a los corbateros nos encanta", explica Vendrell. "Cuando un color se impone en la moda femenina, al año siguiente esos tonos triunfarán en las corbatas. Ha pasado muchas veces", asegura.
La estampación italiana es la mejor del mundo, señala, y en cuanto a materiales, no hay duda: la seda de Como (norte de Italia). Los españoles nos llevamos el oro en confección. En cuanto a firmas, Parsley y Chevalier son las más vendidas, y Armani y Hermés las más prestigiosas. La preferida de los jóvenes es Hugo Boss.
Joven e informal
La corbata es apta para mujeres e incluso niños, y en el caso de los hombres se convierte en prenda habitual cuando se incorporan a la vida laboral. Su uso es obligatorio en actos formales, religiosos y oficiales, y en ciertas profesiones: comerciales, empleados de banca, políticos, pilotos de aviación, militares, jueces y abogados... Si bien en verano se relajan las normas.En la actualidad, su uso está proliferando en situaciones informales. "Cuando llega el fin de semana, podemos ver a adolescentes con zapatillas de deporte y corbata y a banqueros con pantalones cortos y polo", relatan los propietarios de la web corbatas.es, especialistas en venta on line. "Actualmente, la corbata se está adaptando con colores más neutros para que pueda ser llevada en cualquier ocasión. Y se está extendiendo entre el público más joven".
Por otro lado, existen ciertas pautas que determinan la elección de la corbata en relación con la situación en la que se lleve. Corbatas.es recomienda para la corbata monocolor, que sea negra o antracita para una noche de fiesta, y roja o azul marino para un día festivo. Para la oficina, la corbata de rayas –seria y oscura en un ambiente conservador o más clara en una oficina más informal–. Para el fin de semana, también se aconsejan las rayas y el estampado paisley (con forma de riñón) o los estampados discretos. Los estampados de fantasía no están bien vistos en ambientes conservadores.
Lenguaje no verbal
La corbata dice mucho de su dueño. Es un signo de distinción, de posición social, laboral o económica. No llevarla implica informalidad, distensión -también llevarla estampada o de colores estridentes.Los colores muchas veces se eligen en función del estado de ánimo. Y en ocasiones envían mensajes subliminales y muy estudiados. Así, muchos políticos exhiben sus colores ‘corporativos’ en actos en los que su imagen es muy valorada, como entrevistas televisivas o campañas electorales. Es curioso comprobar que, en las ocasiones en las que Rajoy y Zapatero se han enfrentado, han intercambiado sus colores. ¿Pacto entre caballeros?
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