Hace ya un año y casi un mes que Alexander McQueen nos dejó. Tras su primera colección póstuma Otoño-Invierno 2010/2011, la firma a la que dio nombre uno de los últimos diseñadores más influyentes sigue en activo y si para el actual verano 2011 volvíamos a ver la influencia de la naturaleza en su ropa para la nueva colección Otoño-Invierno 2011/2012 la ropa vuelve a oscurecerse.
Sarah Burton se quien ahora se encuentra como directora creativa de la firma y quien presentó la colección en la Semana de la Moda de París. Para su nuevo desfile escogió La Conciergerie de París como marco, palacio y posterior prisión de María Antonieta en 1793.
Por parte de la mano derecha de McQueen vemos cómo sigue presente la herencia del gran diseñador. Increíbles conjuntos en los que se mezclan conceptos opuestos: belleza contra fealdad, pureza contra maldad, negro contra blanco…
Me quedo con su concepto de la moda en blanco. La manera de jugar con vestidos que dejan ver delicadas modelos que parecen de porcelana sobre abultadas faldas y ajustadas figuras.
Piel, plumas y pelos junto con grandes botas de plataforma, detalle que se repitió en todos los modelos de calzado de las modelos.
Espectaculares vestidos de cola compuestos por volantes.
Una tendencia romántica a la que se suman unos correajes en negro que vienen a romper todo halo de romanticismo que el look podría tener.
McQueen y su brocado que nunca podría faltar.
El contrapunto de las tachuelas en negro.
Vestidos malvas para oxigenar a tanto negro que junto a Chanel y otras firmas van avisando de cómo será el próximo invierno.
Mujeres de hielo, que parecen recién salidas de la nieve más pura.
Más McQueen pero en manos de una nueva imagen que sigue ganándose el respeto de continuar la estela de un grande.
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